El mayor premio de esta olímpica no es el oro. Es el sacrificio de Jesús.
Por Colaborador de Movieguide®
La medallista de oro olímpica Shawn Johnson East explicó cómo alcanzar la cima del éxito deportivo le enseñó a encontrar su valor en Cristo.
“Hice esta entrevista con I Am Second unos años después de retirarme [de la gimnasia] y la gente estaba dividida. Fue una entrevista controvertida porque básicamente dije que me paré en lo alto de un podio y gané una medalla de oro olímpica, en lo que la gente diría que fue el punto más alto de mi carrera, y literalmente tuve el pensamiento en el podio, ‘¿Es esto todo? ¿Es esto por lo que he trabajado toda mi vida?'” Johnson East dijo al podcast “Dadville”.
Durante los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, ella se llevó cuatro medallas, incluyendo un oro en barra de equilibrio.
“Que la gente, como, te enseña que llenará todo tu ser, y yo estaba como, vaya, estoy en problemas porque es como, ¿y ahora qué?” continuó. “Si sigues persiguiendo la siguiente gran cosa, nunca la encontrarás.”
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Ese momento se quedó con Johnson East, y aunque continuó su carrera en gimnasia, plantó una semilla en ella para empezar a buscar su fundamento en otro lugar.
“Creo que lo más genial que aprendí en ese momento que pude llevar conmigo para siempre fue que me paré tan alto como el mundo podía ver, y fui, como, alabada y luego me paré en el podio del segundo lugar y creo que di una mejor actuación que la de la medalla de oro real, pero el mundo era como, ‘¿Cómo se siente perder?’ Y me dio esta perspectiva de, en realidad no importa la opinión de nadie,” ella dijo.
“Puedo decirte objetivamente hablando, en esos Juegos Olímpicos, mi actuación de medalla de plata fue mejor que la de oro, pero el mundo es como — las opiniones del [mundo] estaban tan equivocadas,” continuó Johnson East. “Simplemente pensé, ya no me importa realmente, voy a tratar de hacer
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