Cómo la industria de la pornografía destruye vidas
Por el Colaborador de Movieguide®
OnlyFans se ha convertido en una plataforma masiva, conocida por su pornografía y contenido para adultos, pero su influencia se extiende mucho más allá de lo que la mayoría de la gente se da cuenta.
Gracias a una nueva investigación realizada por Reuters, ahora tenemos una idea de cuán lejos llega ese alcance.
Aunque ofrece a muchos creadores una forma de ganar dinero, es un lugar que cruza límites personales y destroza vidas. El impacto de OnlyFans y la pornografía que propaga va más allá de sus creadores y consumidores, propagando daños emocionales, mentales y a veces físicos. Las familias son a menudo los daños colaterales en esta tendencia perturbadora.
Tomemos a Adreiona Prater como ejemplo.
Con solo 18 años, Prater se encontró en el centro de una pesadilla viral. Después de permitir que su entonces novio grabara un momento privado, se enteró de que el video había sido publicado en OnlyFans sin su consentimiento. A pesar de sus desesperados intentos por eliminarlo, el video continuó propagándose por otras plataformas, incluyendo PornHub y Reddit. Extraños comenzaron a acosarla en línea, y su miedo escaló hasta el punto de que instaló un sistema de seguridad en su casa y se mudó a otra ciudad.
La historia de Prater es una de innumerables otras donde las personas observan con horror cómo sus vidas personales se exhiben ante millones, mientras se sienten impotentes para detenerlo.
“Me sentí tan asustada”, dijo Prater, reflexionando sobre la experiencia que puso su mundo al revés.
En otro caso, una mujer de Nebraska enfrentó una pesadilla similar.
Su ex novio vendió un video sexual de ella en OnlyFans por $15, sin su conocimiento ni consentimiento. Aterrorizada de que alguien pudiera reconocerla, luchaba por salir en público. El video le arrebató la sensación de seguridad y normalidad que daba por sentada.
En ambos casos, las víctimas recurrieron a la policía en busca de ayuda, pero la justicia siguió siendo esquiva. La vastedad de internet hace que sea casi imposible para las fuerzas del orden eliminar cada copia de un video o imagen una vez que comienza a propagarse.
Aún más trágicamente, Jennifer Aviles, una madre, se enteró de que sus imágenes desnudas estaban circulando en línea por su hija adolescente, quien las había visto. “Lo miré y mi corazón se hundió. Era yo”, recordó más tarde en una entrevista. Esta revelación destaca el alcance insidioso
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