El rapero y cantante country Jelly Roll conoce los desvíos de la vida.
Jelly Roll fue bautizado cuando era adolescente pero poco después se volvió adicto a las drogas y tuvo problemas constantes con la ley antes de enderezar su vida y volver a la fe.
“Tomé la ruta escénica para llegar aquí”, le dijo a Jennifer Hudson en su programa de entrevistas. “Tomé una serie de decisiones desde los 14 hasta los 25 años que me llevaron a pasar la mayor parte de ese tiempo entrando y saliendo del sistema judicial. Con razón. Tenía un enfoque completamente equivocado de la vida”.
Fue durante su última estancia en prisión en 2008 cuando se enteró del nacimiento de su hija, Bailee, lo que llevó a una experiencia del “camino de Damasco”.
“En ese momento, solo quería ser padre, e inmediatamente comencé a volver a casa y vender mixtapes desde el maletero de mi auto, tratando de resolverlo”, recordó. “Y Dios simplemente siguió bendiciendo, hombre”.
Ahora, el cantante de “Need a Favor” es “descarado” al compartir la gracia que encontró en Dios.
“He hecho todo lo posible para escupir en Su cara y no recibir Su gracia”, Jelly Roll dijo. “Y Él continuó simplemente derramándola sobre mí y amándome en momentos en los que me sentía indigno de amor, y me enseñó a amarme a mí mismo. Mi fe es nada menos que todo en mi vida”.
Jelly Roll, nacido como Jason DeFord, a menudo interpreta música para reclusos, afirmando que quiere estar presente para las personas después de saber lo que es estar en un “lugar en la vida donde nadie está presente para ti”.
“Creo que, ya sabes, el Señor nos llamó a cuidar de las viudas, alimentar a los hambrientos, visitar a los que están en la cárcel”, DeFord dijo. “Esto fue algo directo del Gran Hombre… esto estaba escrito en rojo. Ya sabes, si lees la Biblia que estoy leyendo, y solo estoy tratando de hacer lo que dije que iba a hacer… lo que fui llamado a hacer”. </span
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